El otro día Lucía del blog Planeando ser padres publicó un post para homenajear a tres generaciones de mujeres de su familia, y ya de paso celebrar que el próximo día 8 es el día de la mujer. Me encantó. Me pareció realmente entrañable. Y decidí unirme a esta iniciativa, para compartir con vosotras un trocito más de mi vida (¡que nos gusta un cotilleo!).
Ya os he comentado alguna vez, que mi apellido Puñetero me viene de casta, y bien orgullosa que estoy de ello. La tradición continua con Valkiria, Puñetera hasta las trancas. Pero todo este puñeterismo tiene un principio, una fuente primigenia, y esa es mi abuela, que aunque ya hace años que nos dejó, la tengo muy presente en mi día a día y siempre estará conmigo. Creo que haciendo este post, trayendola a mi memoria y homenajeando su recuerdo, la siento incluso mas cerca. Así que os animo a acompañarme en este viaje a través de tres generaciones de mi familia.
Mi abuela: Una mujer de carácter. Andaluza de pura cepa, sevillana para mas señas. La mayor de cuatro hermanos, vivían en un pueblo, Morón de la frontera, donde aprendió a coser con 9 años de la mano de un sastre. Pronto se convirtió en la mejor de sus aprendices. Tenía un don. Su habilidad para el corte y la confección eran innatas. Tanto, que su maestro llegó a preguntarle quién le había enseñado a cortar los patrones. A lo que ella contesto que nadie, solo se había fijado en como lo hacía él. Tenía un futuro brillante… Y entonces empezó la guerra. Con 20 años se tuvo que marchar con su familia al campo, donde estarían mas seguros y pasarían menos escasez de alimentos. Durante esos años trabajó de jornalera y cosiendo para los señoritos de las fincas de la zona. Se casó añosa para la edad, ya cumplidos los 30, con mi abuelo, un militar reconvertido a guardia civil, que la dejó con sus padres para ir a acabar sus estudios de guardia en Barcelona.
Cuando volvió, dieron tumbos de una casa cuartel a otra, por toda Andalucía y parte de Extremadura, a la par que tuvieron cuatro hijos, ¡cuatro! Y eso que empezó con el primero a la misma edad que yo. Rondando los 50, mi abuelo cambió la carrera militar por la judicial y se establecieron en un pueblo de Jaén, Baeza, donde criarían a sus hijos. Evidentemente, mi abuelo, como hombre de su tiempo que era, no permitió que su mujer trabajase fuera de casa, así que las habilidades de mi abuela para con la costura quedaron como algo para familia y amigos. Una pena. Imagino que mi abuela siempre sintió cierta nostalgia de volver a su tierra, ya que a mi siempre me decía que Jaén no era Andalucía, que parecían manchegos mas que otra cosa. Pero no era su destino volver por allí, y sus últimos años los pasaron en otro pueblo, cerca de una tía mía que los cuidaba. Yo me crié lejos de ella y podía disfrutarla poco, pero sin duda el tiempo que pasé a su lado forma parte de mis mejores recuerdos. Sus dichos, su acento, sus historias que me contaba una y otra vez. Los vestidos que me cosía para mis muñecas. Los primeros vestiditos que me enseño a coser. Sus ojos, cuyo color tuve la suerte de heredar. Sus besos. Todo.
Mi madre: La tercera de cuatro hermanos, nunca destacó por ser la mas guapa ni la mas lista, pero si por ser la mas simpática y graciosa, la que siempre tenia una sonrisa y le gustaba mas un bailoteo que todas las cosas. Con 9 años dejó su pueblo sevillano, para instalarse con su familia en Baeza. Aquel lugar se le hacía extraño, y los niños se reían de ella por su forma de hablar y su ceceo. Pero había llegado para quedarse, al menos por el momento, así que no le quedo mas remedio que adaptarse. Mi abuela la llamaba Anita, cosa que ella odiaba, pero sino siempre quedaba el «jodía puñetera» que siempre le acababa cayendo por gritona y respondona, «mucha letra menúa» es lo que siempre le decía mi abuela que tenía. Conoció a mi padre de ir en la misma pandilla de amigos del pueblo, aunque ella siempre dice que ya lo ficho años antes en una merienda en casa de una vecina.
Acabó el instituto y los esfuerzos de mi abuela, que era muy hormiguita ella, consiguieron que pudiera ir a la universidad a estudiar magisterio. No era su vocación. A ella le hubiera gustado estudiar enfermería. Pero eso no podía estudiarlo allí y económicamente quedaba fuera de sus posibilidades. Con 20 años se puso novia con mi padre y siete años después se casaron. Para ahorrar para su boda, paso una temporada trabajando en Ibiza donde tenía unos familiares. Si, la Ibiza de finales de los 70, ¡hippielandia!. Ya os podéis imaginar el cambio de ambiente que supone pasar de un pueblo pequeño del interior de España a la soleada y libertina Ibiza. Se que hay cosas que aún a día de hoy se guarda en secreto, ¿¡Pero que harías mamá!? Trabajar trabajó mucho, en una heladería, y ahorro lo suficiente, incluso dejando de gastar en comida y alimentandose a base de helados como si no hubiera mañana. Golosa a mas no poder. Normal que luego diga que no le gustan las fotos de su boda porque estaba «entraita en carnes». Mamá, si es que te pierdes, te lo tengo dicho.
Después de casarse, emigraron a Oviedo donde mi padre había encontrado trabajo. Mi madre se quedó embarazada de mí y bajó al pueblo a parirme. Un año después nos mudamos a Valencia. Mi madre intentó trabajar de lo suyo, dio clases particulares, echo curriculums, intentó opositar, pero no tuvo la oportunidad y cuando surgió la ocasión de entrar a trabajar en la misma empresa donde lo hacía mi padre, no lo dudó. Con una economía más estable, siete años después de tenerme a mi, y después de insistirle por activa y por pasiva, se decidieron a traer al mundo a mi hermana. El ser mas tranquilo del mundo, con permiso de mi padre. Por aquel entonces ya tenían dos sueldos, dos hijas y una hipoteca. Su vida laboral casi empieza y acaba en esa empresa, de la que fue despedida con un ERE hace ya dos años. Así que ahora es una feliz prejubilada (aunque ella se llame a si misma parada), que pasea a su perrito, va a clases de pintura y disfruta de su nieta.
Yo misma: De raíces y nacida en Andalucia, pero criada en Valencia. Siempre me he sentido en tierra de nadie. Siempre me han dicho esa frase de «tu no eres de aquí», así que al final me siento un poco de todos lados y de ninguno. Fui una niña muy buena y muy tranquila. No se a quien leches ha salido esta Valkiria mía. Una niña criada entre adultos, siempre más madura de lo que se me suponía por edad, y pillandolas al vuelo (pero haciendome la tonta). Empollona, cuatro ojos y tímida redomada. Mi paso por el colegio y posterior instituto no fue fácil. Llegado el momento de elegir carrera me decante por Derecho (Que daño me hizo ser fan de Ally McBeal). Tardé más de lo que debería en darme cuenta de que aquello no era para mí. Y acabé dejandolo tres años después para dar un giro de 180º y decidir estudiar fotografía. Descubrí algo que me apasionaba, y cuando acabé eso, me fui a estudiar cine a Sevilla (Era casi como cerrar un círculo familiar). Cuando volví a Valencia comencé a trabajar en el sector audiovisual junto al Papá Cascarrabias, con el que ya llevaba un par de años de relación, en un trabajo de machotes, danzando por media España, currando en la calle con sol, lluvia, nieve… ¡Pero que bien me lo pase!. Como todo lo bueno se acaba, llegó la crisis y con ella millones de problemas, y me quedé en paro. De eso hace ya cuatro años. Cuatro años en los que he pasado por todas las fases habidas y por haber. Y en los que ha habido un poco de todo. Trabajos raros. Proyectos handmade. Clases de chino (que no se si algún día me servirán de algo). Y hasta una boda y una Valkiria terremoto. Ahora me dedico a ser mamá a tiempo completo y desde hace 9 meses blogger (de nuevo). Lo que me deparará el futuro, solo las estrellas lo saben.
Ella, mi pequeña Valkiria, ya es la cuarta generación en lo que a mujeres puñeteras se refiere dentro de esta familia. Y, en el escaso año y medio que hace que está con nosotros, ya ha dejado bien claro que de casta le viene al galgo. De todas ellas, desde mi abuela, hasta mi hija, me siento orgullosa. Orgullosa de pertenecer a esta familia, de llevar la misma sangre y tener el mismo genio. Admiro, mas aún si cabe, a mi abuela y a mi madre, desde que me convertí en madre. Pues sé lo difícil que es este oficio de la maternidad. Por todo ello, gracias. Hacéis que me sienta #OrgullosaDeSerMujer
¿Que os parece esta iniciativa?
Si os apetece, ¡Contad la historia de las mujeres de vuestra familia!
35 Comentarios
Me ha gustado mucho esta entrada y las fotos son geniales!!!
Me ha encantado el post y poderte conocer un poquito más. Las fotos preciosas.
Besos.
Gracias! Las fotos antiguas siempre tienen encanto. La mía no que es actual y de móvil! Jajajajaja
Besos!
Vaya ojazos!!! Ayyy, qué especiales son las abuelas! Y no sé por qué tan guapas, tenían una belleza especial en esa época!
Gracias! Ni que lo digas! Son las fotos y el estilo de la época, es tan vintage que hasta ahora esta de moda! Jajaja
¡Ohhh! ¡No sabía que tenías raíces andaluzas! ¡Olé! Veo que mi abuela no es la única que se casó mayor para la época. Y mi madre también trabajó en una heladería cuando dejó el colegio de monjas y se trasladó a Málaga. ¡Qué de coincidencias! Es una iniciativa bonita, porque nunca está de más ofrecerles un homenaje a quienes tenemos más cerca. Por cierto ¿tu familia lee tu blog?
Soy una andaluza en la sombra! Jajaja Pero si que me siento mas andaluza que valenciana.
Yo pensé lo mismo al leer tu post, dije: mira, como mi abuela! Jejeje No era algo muy común en aquella época.
De mi familia solo lee el blog mi madre y cuando se acuerda, así que este post seguramente no llegue ni a leerlo.
Hola… el ser más tranquilo del mundo ha pasado a leer por aquí xD
Muy bonito conocer a las mujeres de la saga, y geniales las fotos!! Muy interesante vuestra vida, ¡trotamundos a tope!
Gracias guapa! Me alegro de que te haya gustado!
Ya ves! Había y hay que buscarse la vida! Jejeje
Que post tan bonito! Engancha a leerlo desde el principio! Que especiales son los abuelos, yo tengo la gran suerte de tener a los 4 todavía conmigo.
Muchas gracias! 🙂
Pues disfrutalos mucho porque son un tesoro!
Besos
me ha gustado mucho conocerte! yo también soy de Valencia!!! para cuando una quedada de bloggers valencianas??? desde el lunes pasado estoy en el paro y ahora tengo tiempo de to!!!
Gracias!
Otra Mamá blogger valenciana! Pues no se, habrá que mirarlo, jejeje 😉
engaaaa vamos a hacer algo que estoy en paro y estoy ociosaaaa aajaja
Uala, qué línea de mujerones, me encanta
Gracias guapa! 🙂
muy bonita iniciativa!
Gracias!
Una iniciativa preciosa. Además me ha encantado conocerte un poco más, a ti y a tu familia de puñeteras (palabra que en Mallorca usamos mucho por cierto y que le digo mucho a Princess). Me parece una iniciativa muy bonita para homenajearlas a ellas, las que nos han traido hasta aquí y las que nos siguen. Un besazo
Gracias! 🙂
Ah si? No sabía que la palabra puñetera se dijera mucho por allí… En Valencia no la escucho mucho, eso me viene de las raíces andaluzas, jejeje
Besos guapa!
me a encantado el post, que familia mas bonita tienes!! un bsito
Muchas gracias guapisima!
Besitos
Una iniciativa preciosa, y ¡vaya historias!, es increíble como dedicándonos a vivir el día a día se nos olvida a veces de donde somos y de donde vivimos. Un placer conocerte un poco más 😉 Cuando lei Oviedo me dije, coñi si estuvo por mi tierra jejej. Pero es una gozada ser ciudadana de un lugar llamado mundo como dice el anuncio. Una familia estupenda :), gracias por compartirlo
Totalmente de acuerdo, a veces es necesario pararse un momento a centrarnos y ver de donde venimos…
Pues Oviedo es una ciudad que tengo pendiente de visitar, porque estuve un año allí, pero claro no me acuerdo de nada! jajajja Y mis padres dicen que es una ciudad preciosa!
Gracias por tu comentario! 🙂
Y Gijón ni te cuento ;P, mucho mejor. Es verdad que a veces nos olvidamos de donde venimos, es bonito hacerles un homenaje
Me ha encantado el post! gracias por presentarnos a tu familia! un abrazo! 😉
Me alegro! Gracias a ti por leerlo y comentar!
Besitos 🙂
me ha encantado! vaya pedazo de mujeres hay en la familia 🙂 voy tarde para la iniciativa, pero me pongo a «estudiarme» a la familia para el año que viene 🙂
Gracias! En esta familia si de algo tenemos de sobra es carácter! jejejeje
El año que viene esperaré tu post! 😉
Ana me ha encantado conocer un poco mas de tu historia, aunque ya habia parte que me sabía, ha sido muy interesante saber un poco mas acerca de tus raices.
Te tengo que decir que los ojos, sin duda, los has sacado a tu abuela y que tu pequeña valkiria, es una preciosidad!
un besote guapa!
Gracias Leti guapetona!
Sin duda el llevar su mismo color de ojos me hace sentirla un poquito más en mi. Y que leñe, soy la única de los 10 primos que tiene su color exacto! jajaja
Un besazo!
precioso post, qué guapas, qué viajeras y cuánta fuerza en todas y en tus palabras ^^
Gracias guapa! Me alegro de que te guste! Viniendo de ti, que eres una maga contando historias, es todo un honor! 😉
[…] post de Maternidad como puedas me inspiró para escribir el post de hoy. Hoy me voy a remontar años atrás para recordar a […]
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