Durante el embarazo son muchos los miedos que te asaltan, en cuanto a si el embarazo irá bien, si el parto se desarrollara de la mejor manera posible y si el niño nacerá sano como una manzana o no. Yo creo que es inevitable tener miedos, sobre todo siendo primeriza. Lo importante, sin duda, es no dejarse llevar por esos miedos. No amargarse la vida.
Una de mis mayores preocupaciones era si Valkiria heredaría mis defectos visuales. Soy miope (aparte de otras cosas) y nací con un estrabismo muy severo. Mis padres no lo pasaron bien. Y aunque finalmente no tuve que someterme a ninguna operación, mi infancia y posterior adolescencia no siempre fueron un camino de rosas. De todos es bien conocida la crueldad de los niños (y no tan niños). Que no es que sea algo que te imposibilite tener una vida normal y feliz, pero tiene sus momentos amargos, y ¿quien no daría lo que fuera por evitarle cualquier mal momento a su hijo?
Por eso, lo primero en lo que me fijé en cuanto Valkiria empezó a abrir los ojos, fue en si tenía estrabismo o no. Y por mucho que el Papá Cascarrabias me repitiera que si lo tenía no pasaba nada, que ahí estaríamos para ayudarla a afrontar lo que hiciera falta, yo no podía dejar de pensar que ojalá que no lo tuviera.
En la combinación genética, esa mezcla de un poquito de mamá y un poquito de papá, finalmente pudieron los genes del Papá y Valkiria no parecía tener estrabismo. Eso ya me hizo respirar tranquila. Pero poco antes de la revisión de los 12 meses, nos dimos cuenta de que la niña guiñaba mucho los ojos, los entornaba como si quisiera enfocar mejor y se los rascaba a menudo. Como nos empezamos a preocupar un poco, llegado el día de la revisión, se lo comenté al pediatra, y este, dados mis antecedentes, decidió derivarnos al oftalmólogo.
Seis meses después, si, seis meses, es lo que tiene ir por la seguridad social, nos dieron cita. La niña ya hace meses que ni guiña los ojos, ni se los rasca, pero aun así fuimos, claro. Teniendo seguro privado podía haberla llevado muchos meses antes al especialista. Pero realmente no me pareció algo tan sumamente preocupante como para hacer pasar a la niña dos veces por lo mismo, pues es ver una bata blanca y berrea hasta quedarse sin voz. Les tiene mucha manía. Además, de que el pediatra ya nos advirtió que a estas edades tan tempranas el oftalmólogo hace lo que puede porque los niños no suelen colaborar nada de nada. Y no se equivocaba.
El jueves pasado tuvimos la cita, a las 8:30 de la mañana. Eso ya supuso romper los horarios de Valkiria. Porque aquí la señorita, durante la noche nos hace estar en pie cada dos por tres, pero entre las 7 y las 10 son sus horas de sueño sagrado. Y con lo que le cuesta dormir, y el mal despertar que tiene la jodía. Total, que la despierto, me reniega, me llora, la visto y nos vamos. Llegamos allí y solo de ver a la recepcionista con su bata blanca ya se huele el percal y monta el primer show de lloros desconsolados. Nos sentamos a esperar. Cuando nos llaman, nada mas ver a doctora llega el segundo show de lagrimones. ¡Y todavía ni la había tocado! Me pregunta por lo que tengo yo, por como fue el embarazo y porque la llevamos. Le cuento el tema y la mira con el típico cacharro ese que hace luz. Sigue sin tocarla, pero Valkiria sentada sobre mis rodillas se retuerce como un salmonete. La doctora me confirma que no hay desviación de los ejes, es decir, que como ya pensabamos, ella no es estrábica. Pero me recomienda, ya que estamos allí y para descartar otras patologías, ponerle unas gotas para dilatarle la pupila y así poder verle el fondo del ojo. Acepto y mientras la mujer hace lo que puede para ponerle las gotas, me advierte que esas gotas pueden darle un poco de sueño. ¿Sueño a mi hija? ¡YA! Esta mujer no sabe de quien esta hablando.
Nos salimos de nuevo a la sala de espera. Y mientras el resto de niños estaban tranquilos, entretenidos con algún juguete o durmiendo, Valkiria corría como pollo sin cabeza de acá para allá, de una sala de espera a otra, subiéndose y bajándose de las sillas. Todo el mundo estaba pendiente de ella, como para no estarlo, y la gente me iba diciendo: «¡Madre mía, cuanta energía!» «¡No para!» «¿Es muy pequeña, no? ¿Cuanto tiempo tiene?». La muy pícara hasta intentó sobornar a otra niña con palitos de pan para que le dejara un muñeco, ¡pero no coló!.
Una media hora después nos volvieron a llamar. Volví a sentar a Valkiria en mis rodillas para que la doctora pudiera hacer su trabajo, pero esta vez no había manera, así que nos trasladamos a una camilla. Allí tumbada, con una enfermera sujetándole las piernas, yo los brazos y la cabeza, y la doctora intentando abrirle los parpados, aquello parecía una escena de «La naranja mecánica«. Pero claro, la oftalmóloga tenía que ver sus ojos lo mejor que pudiera. En realidad, fue más rápido de lo que pensé que sería, aunque Valkiria se harto de llorar y patalear. Nada que un ratito de teta no cure. ¡Bendita teta!
El diagnostico es bueno, todo esta normal. Pero se ve que los niños a la edad de Valkiria son bastante hipermetropes, es decir, ven mal de cerca, y ella lo es muy poco. Esto dicen que con los años puede volverse en justo lo contrario, miopía, y por eso nos recomendó que cuando la niña tenga 3 o 4 años volvamos para hacerle una nueva revisión, que como ya será mas mayor ya se le podrán explicar las cosas y colaborará mucho más. O eso espero.
¿Habéis llevado alguna vez a vuestros hijos al oftalmólogo?
¿Como fue la experiencia?
19 Comentarios
Nosotros si, por un estrabismo. Al final es algo que denominan falso estrabismo, el enfoca bien, pero por como tiene el puente nasal parece que se le va el ojo. Nosotros teníamos comentarios de que no era nada a comentarios de que lo debía ver de forma urgente el oftalmogo. Por aquí tardaron un par de semanas, pero se dio la casualidad y porque me lo dijo la muchacha, que se había quedado hacia pocas horas una cita libre! Sino nose cuando me daban cita! El Niño no coopero nada en la cita. Pero buen… Esa es nuestra historia con el oftalmogo.
Que suerte que os vieran tan pronto! Lo de no cooperar se ve que es la norma, es normal, son pequeños y se asustan.
Has descrito a mi hijo jaja! Con un petardo en el culo todo el día. Justo ayer le llevé a revisión y la pediatra no consiguió auscultarle hasta que me lo enchufé, y de repente se hizo el silencio. Y luego para mirarle los oídos me miró y me dijo «¿te lo puedes poner al pecho otra vez?» Jaja! Para que luego digan que la LM a esta edad no sirve de nada. 😉
Pues mira, no se me ha ocurrido nunca ponerla al pecho en las visitas al médico, durante me refiero, luego para calmarla si. Y el otro día leía que incluso puedes pedir que te los dejen poner al pecho mientras los vacunan. Así no lo pasan tan mal.
No la he llevado aún pero lo tengo pendiente. Cuando era bebe guiñaba muchísimo los ojos, nos acojonamos, hasta que nos dimos cuenta que lo único que hacia era imitarme a mi, que soy miope, jajaja. Besicos
A nosotros nos dijo que lo de guiñar los ojos podía ser un poco de alergia a algo, pero yo creo que al final era que se le metía el flequillo en los ojos y le molestaba, jajaajaja
Vaya rato más malo que pasó Valkiria, aunque lo importante es que todo esté bien. Yo llevé al Miniser al oftalmólogo bien pequeño, porque parecía que desviaba un ojo, pero fue una cosa rápida y fácil, la verdad que el pobre con los medicos en vez de llorar se queda como acongojado pero obedece a todo todo, así que no tardamos nada, pero eso sí, el berrinche se le lleva muchas veces al salir, que se desahoga cunado ya no está el médico delante!!
Hombre, pues yo casi preferiría que la mía se acongojase un poquito, porque llora dentro y fuera, jajajajaja… Pobretes!!!
Ufff, la mía es ver una bata blanca y lo mismo, ¡enloquece! Lo importante es que esté todo bien, para la próxima ya lo razonará e igual hasta le gusta jejejeje.
Lo que sigo sin entender es porque los pediatras no llevan otra cosa que no sea una bata blanca, con el pavor que genera! jajajaja
La próxima espero que sea mejor! jejeje 🙂
Yo también soy muy miope, peor no sabía que a los niños tan pequeños pudieran hacerle ya pruebas para detectar los fallos de visión. No he notado nada raro en mi bichilla, pero con los genes familiares estaré muy pendiente.
Si que pueden, a mi de echo me las hicieron incluso antes del año allá por los 80. Pero vamos, que si no notas nada raro no es necesario que la lleves aún. Si lo acaba necesitando os daréis cuenta.
Yo también tengo estrabismo!! Y tenia el mismo miedo pq yo empecé a llevar gafas y parches a la edad del mio, y me daría mucha pena verlo asi! Ais lo que debió sufrir mi madre!! Me alegro que no sea nada!
En serio que has llamado a tus hijos Valkiria y Atreyu? Atreyu… como el perro de la historia interminable? en serio??!! Dios… si que es verdad que eres la mamá puñetera. (facepalm)
Si te hubieras parado a leer un poco mi blog, sabrías que no son sus nombres reales, obviamente, sino pseudónimos.
¡Ah! Y como dato, Atreyu es el nombre del niño guerrero de Fantasía, el que tiene caballo que se llama Artax. El perro volador se llamaba Fújur.
De nada 😉
Yo la llevé con dos años (hace seis meses), porque me daba la sensación de que torcía a veces un poco los ojitos y pensé que podría tener estrabismo. Se portó bastante tranquila, protestó un poco por las gotas pero aparte de eso se dejó hacer, incluso cuando al final de la revisión le pusieron parche para empezar con el tratamiento ya mismo no se quejó y se dejó hacer. Al final no era estrabismo sino hipermetropía severa (5 y 8 dioptrías) y astigmatismo también bastante alto, por eso torcía los ojos para acomodar la vista y el ojo con más graduación lo tiene vago, por eso necesitamos taparle el otro. Se ha adaptado fenomenal a las gafas y el parche, yo un poco peor y el padre casi llora cuando vio lo gordos que eran los cristales, pero lo importante es que ella vea bien y vamos por buen camino.
Si ella se ha adaptado bien, eso es lo mas importante. Los niños muchas veces nos dan grandes lecciones de resiliencia 😉
Nosotros empezamos a notar hace unas semanas que guiñaba mucho los ojos y decidimos pedir hora porque acaba de hacer tres añitos y empieza el colegio en septiembre. Menos mal que nos dio por llevarla porque tiene de todo, salí llorando de la consulta. En un ojo tiene una catarata que empieza a molestar la vista (de ahí los guiños) y hay que quitar ya (tenemos ya cita esta semana para el preoperatorio) y en el otro tiene miopía y astigmatismo. De momento le han puesto gafas con graduación para la miopía y el astigmatismo de un lado porque del otro ojo hasta que no le quiten la catarata no sabemos qué visión va a tener, con las gafas está encantada pero ya nos han dicho que después de la operación hay que graduar el otro ojo y ponerle una lentilla, gafas con una lente bifocal y poner parches en el otro ojo para que este trabaje. Y con el tiempo una lente intraocular, vamos que tenemos por delante un camino muy largo. Llevadlos a revisiones porque estas cosas parece que no, pero pasan, a raíz de esto varios amigos y familiares han llevado a sus hijos y a unos cuantos les han salido cosas en la vista.
Pues si, hacer revisiones es algo súper importante!
Mucho ánimo para todo lo que tenéis por delante.
Seguro que todo irá genial y tu peque lo llevará de maravilla. Muchas veces ellos son mucho mas resilientes que nosotros.
Besos!
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