Hacer un post sobre los parques no es lo más original del mundo. Ya se han hecho muchos. Algunos de ellos memorables como el de Fina la Endorfina o Núria de Mamirrachadas. Pero si no saco lo que llevo dentro de mí reviento. Siento la necesidad imperiosa de hablaros (despotricar) sobre el parque al que vamos y las criaturas que en el habitan.
Nosotras no teníamos parque fijo. Eramos nómadas y llegábamos a un parque u otro dependiendo del día y de donde nos llevara el viento. Fuimos probando muchos parques. Urbanitas, en medio de avenidas de más o menos caché. Areneros, volviendo a casa con tanta arena como para montar una playa en el salón. Incomprensibles, de esos en los que no hay niño que sepa como usar esos columpios tan modernos. De interior, para los días de lluvia. Todos. Nuevos y viejos,. Grandes y pequeños. Pero no encontrabamos nuestro lugar.
Hasta que hace cosa de 15 días, el destino quiso que fueramos a un parque en el que ya habíamos estado, pero a otra hora. Y descubrimos que había toda una mini sociedad creada alrededor de sus cuatro toboganes y sus correspondientes columpios. Niños en su gran mayoría menores de tres años, que no iban a la guardería y se pasaban las mañanas alli acompañados, casi todos, por sus abuelos/as.
Para ser una declarada hater del parque (osea, que lo odio, que si no mi madre no entiende lo que digo), reconozco que aquel me gustó. Allí todos los niños llevaban algunos juguetes y los dejaban para que todos jugaran con ellos. Me pareció tan bonito y bucólico. A pesar de que ese primer día cometí un fallo de principiante total. Ir al parque con la moto de Valkiria y dejarme su cantimplora de agua en ella. Para cuando quise recuperar la moto, nadie había visto la cantimplora por ningún lado, y nunca más supe de ella. DEP.
Hemos vuelto a ese parque cada mañana desde entonces y ya me voy quedando con el rollo de cada uno de los niños. Hay algunos que son amor y otros que no quiero que se acerquen a menos de 5 metros de mi hija, pero que le vamos a hacer, hay que aprender a convivir. El único problema es que, con el fin de las clases, el parque se ha llenado de niños mas mayores que no tienen ni un poquito de consideración con los más pequeños. De momento tengo clasificadas tres especies poco recomendables del parque:
Los Atila: A estos les temo más que a una vara verde. Son dos, gemelos, como los gemelos de Oliver y Benji golpean juntos y son igual de malos. No tendrán mucho más de dos años pero ya siembran el terror allá por donde pasan. Arramblan con lo que les da la gana, pegando si es necesario. Y si alguien se acerca a cogerles algo, ¡cobra fijo! Y no hablemos de si pillan una moto… ¡Juegan a atropellar bebés! Unos santos cabrones, digo, varones. Su madre tampoco se esfuerza mucho en evitar que hagan el mal y los niños pasan de lo poco que les dice tres pueblos. Yo procuro que Valkiria no se junte con ellos, pero es inevitable que en algún momento quiera algo de lo que ellos tienen. La última vez, la aparte justo a tiempo de recibir un palazo en la cara y no pude evitar decir en voz alta: «Valkiria vámonos que este niño no quiere jugar contigo y además pega«.
Las niñas repelentes: En este caso son un grupito de varias niñas de edad entre los 5 y los 7 años. Se dedican a monopolizar porciones del parque alegando que esa zona es de mayores. Mi pobre hija siente admiración por los niños mayores, y los persigue emocionada. Yo siempre la aparto de donde ellos estén porque no les importa nada la edad del niño al que están empujando y entiendo que hay cosas que son «cosas de niños», pero hay momentos en los que me hierve la sangre. Ayer, por ejemplo, fuimos al parque con los muñecos de Peppa Pig que nos solemos llevar. ¡Triunfan más que la Coca cola!. Pasado un rato los cerditos habían desaparecido y Valkiria los localizó. Allá que se fue, encandilada por los juegos de las niñas mayores. Allí estaba parada, solo mirándolas. Entonces fue a coger un juguete que estaba entre ellas en el suelo, y una niña se lo arrebato, de muy malas maneras. A lo que otra niña, la más mayor, me espetó: «Esta parte del parque es de mayores, ella nos está molestando, dile que se vaya«. Se que es una tontería y que no debería haberme puesto a su altura. Pero no pude resistirme y le contesté: «Esta zona no es de mayores, el parque es de todos y para todos. Y no te preocupes que me la llevo porque nos vamos a casa, pero me llevo también a los cerditos porque son míos» -«¿Son tuyos?» pregunto la niña…- «Si, son de mi hija, así que son míos. ¡Ah! y son juguetes de niña pequeña, por si no lo sabías». Recogimos los cerditos y nos fuimos.
El niño gaviota: Esta clase de niños me recuerdan a las gaviotas de «Buscando a Nemo» porque todo lo que saben decir es mio, mio, mio… Y no me refiero a niños pequeños que están pasando por la fase del mio. Este niño tiene 4 años y coge todo lo de los demás. Eso si, si alguien coge algo suyo entonces te suelta: «Eso es mío, no lo cojas». Yo intento que Valkiria no se monte en su moto, pero la jodía es más rápida que yo y a la que me despisto ya tiene su lindo culete sentado en la moto del niño. Lo gracioso de todo esto es que no le deja la moto, ni quiere jugar con ella, pero luego nos persigue allá donde vayamos del parque. Es un poquito cansino, todo hay que decirlo, pero su abuelo que esta muy mayor no pasa de sentarse en el banco y gritarle desde la lejanía, así que supongo que el niño esta más aburrido que un mono.
No considero que mi hija sea una santa. Ella es la primera que va de acá para allá corriendo y muchas veces les quita los juguetes a otros niños. Pero no pega, ni empuja y es pequeña. Espero dentro de unos años haberla educado lo suficientemente bien como para que no se convierta en esta clase de niños y sepa compartir y respetar al resto de criaturas del parque.
¿Que clase de niños poco recomendables tenéis en vuestros parques?
11 Comentarios
Los Atila son los peores, en nuestro parque habitual ya los tengo identificados y me cago un poquito en sus muertos, la verdad. Y lo que más rabia me da es que las madres suelen no hacer nada aunque vean que sus hijos son los vándalos del parque.
Llevo seis años de parques y estoy deseando que a mis hijos se les pase la edad de ir…
Son los peores sin duda porque son los más pequeños y ya están así, dentro de unos años no me los quiero ni imaginar!
Seis años…ay madre que bajona me acaba de dar, lo que me queda! Jajajajaja
Muy bueno, en el parque al que vamos la suerte es que todo es de todos y si algo «desaparece» al día siguiente vuelve a aparecer, para mi es un royo estar todas las tardes, nosotras vamos en grupo desde el principio pero todo el que se arrima es bien recibido, los invitamos a sentarse en la arena incluso pintar con tizas y jugar con los niños y padres que quieran unirse, la fase del mío es inevitable, y niños como los que describes también los hay pero bueno se lleva bastante bien.
Eso está genial! Así por lo menos tu también tienes ganas de ir al parque porque congenias con las otras mamás.
El problema no son los niños pequeños habituales, sino los mayores esporádicos.
jajaja, yo he estado tentada a escribir algún post sobre el parque y sus criaturas pero reconozco que siempre vamos al mismo, es muy pequeño y los niños más mayores que hay son como Alfonso, de 4-5 años…nada de grupitos de pavas repelentes, jaja…
la verdad es que llevamos tanto tiempo yendo al mismo, que ya nos conocemos todos… Todo el mundo sabe que Alfonso se dedica casi exclusivamente a jugar al fútbol y que yo le regaño cuando no lo hace en el césped… Todo el mundo sabe que Rafa es el niño depredador, si hay comida, allá va él, aunque haya merendado dos veces. Y todo el mundo sabe que yo soy la madre tranquila, que si se caen, allá voy yo pero sin montar dramas…
Yo también he hablado de los parques y de su fauna, pero tengo claro una cosa: lo peor de los niños, son los padres.
Jajajajaja… Sin duda! Hay algunos por ahí que superan a sus hijos de lejos!
Batusi ahora tiene un poco de todo la verdad, a mi también me hierve la sangre con algunos mostrencos, y me pongo a su nivel a veces ¡Meeeeeeec, ERROR!, pero es que a veces no lo puedo remediar ><
El autocontrol a veces es taaaaaaaan difícil! jejejejeje
Buf que razón con tu conclusión! Yo también espero que mi niño siga tan inocente y bueno como ahora 🙂 El verano pasado dejamos de ir al parque de delante de casa por culpa de unos atila… Ahora hace tiempo que no vienen y hemos vuelto, espero que hayan cambiado de parque xD
[…] la aversión que tengo a los parques infantiles. Aunque en este caso no sea problema de algunos especimenes de niños, ni de sus pasotas madres, sino de la gente adulta que no tiene consideración para con los niños […]
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