Llevamos unas semanas, con el tema de la comida, un poco…digamos…difíciles. Bueno, quizá unas semanas sería decir poco, pues en esta casa el tema de la comida nunca ha sido fácil. Valkiria es una niña de poco comer. No le entusiasma la comida. Apenas hay alimentos que la veas comer con ganas y la mayoría de ellos la acaban cansando. Todo lo deja a medias. Pero quizá ha llegado el momento de asumir que ella es así y no intentar forzar algo que no puede ser de otra manera. Yo, que nunca quise obligarle a comer, al final acabé cayendo en ello.
Pero voy a poneros en antecedentes. Hay algo más allá de la presión social que me ha llevado a estar preocupada por el tema de la comida y el peso. Valkiria siempre ha ido por debajo de la media en cuanto a peso y altura. Eso no es ni mejor ni peor. Solo es su constitución. Pero, si a eso le añadimos que fue intolerante a la proteína de la leche de vaca hasta los 17 meses, supongo que mi obsesión por verla comer de todo y bien fue aumentando.
Como os decía antes, nunca ha sido de comer mucho. Hemos pasado fases muy complicadas, como cuando se negaba a comer sólidos. Y, aunque todo acaba pasando, siempre te queda un regusto amargo al pensar que porqué tu hija no puede comer con ganas, como muchos otros niños. No hay que comparar. Lo se. Aunque a veces yo misma me sorprenda al descubrir que, justo por esas mismas comparaciones, tampoco come tan mal como a mi me parece.
Comer come pero ¿Como come? En eso también hemos pasado fases. Fases de comer con tele porque sino no había manera. Fases de comer sin tele. Fases de dárselo todo nosotros. Y, ahora a punto de cumplir los 3, llegó la fase de «tienes que empezar a comer tu solita». Entre otras cosas porque sé, por el año pasado en la guardería, que es algo que es capaz de hacer perfectamente. Después de que acabará la guardería, el día a día y mi falta de paciencia, acabaron haciendo que ella se acomodara en que yo fuera la que le diera la comida. Pero hace cosa de un mes empecé a cambiar el chip y empezamos a trabajar el comer ella sola. Al fin y al cabo en el comedor del colegio lo va a tener que hacer cada día a partir de hoy mismo.
Así que este mes ha sido difícil porque ella, que se distrae con una mosca (como cualquier niño de su edad) y que además la comida no le interesa demasiado, no acababa de entender porque ahora tenía que comer ella sola. Fueron unos días malos en los que a mi se me acababa la paciencia demasiado rápido y le gritaba más de lo que me gusta siquiera reconocer. Cualquier comida requería de mínimo 40 minutos de «pelea» e insistencia por mi parte para conseguir que comiera. Bregar así con ella desayuno, comida, merienda y cena es desesperante. Pero lo es por la forma en lo que yo me lo estaba tomando.
Llegó un día, por la mañana, que ya en el desayuno estuvo 50 minutos para solo beberse un sorbo de leche y un cachito de pan. Y ahí ya exploté. ¡No podía mas! Me puse a llorar con tal congoja que Valkiria directamente no entendía nada. ¡Estaba agotada! Así que, tras calmarme y llevarla al cole, decidí que aquello no podía seguir así. Estaba harta de estar todo el día regañándola, achuchándola y, en cierto modo, obligándola a comer.
Recordé entonces que tenía por casa un ejemplar de «Mi niño no me come» de Carlos Gonzalez. Lo busqué y me puse a releerlo. Y entonces llegue a una parte en la que planteaba hacer una prueba cuando nos encontrábamos ante un niño así. Pesarlo el primer día y no obligarle a comer durante una semana. Si después de esa semana lo volvíamos a pesar y había perdido casi kilo y medio, entonces podíamos dar el experimento por fallido y, si queríamos, volver a lo que estuviéramos haciendo antes. Pero si el niño, sin obligarlo a comer, seguía sano y no había perdido un peso considerable, entonces ¿que problema había?
No perdía nada por intentarlo. Total, los nervios ya los había perdido. Así que me puse a ello y, tras una semana y pico, aunque ha habido días muy malos en los que apenas a comido cuatro tonterías, el resto me sorprendió comprobar que estaba comiendo más que cuando me ponía como una energúmena a achucharla para que comiera. El ambiente en casa se ha calmado muchisimo y mi estado de ánimo a mejorado considerablemente. Nadie puede vivir todo el día enfadado y en constante batalla.
Os cuento todo esto porque en cierto modo me siento mal por todos los gritos, todos los llantos y todo el estrés. Pero también para contaros que se pueden hacer las cosas de otra manera y que muchas veces, los momentos son lo difíciles que nosotros los queramos hacer. Siempre hay una alternativa y la hora de comer no puede ser una batalla campal.
Lo que hacemos ahora es lo siguiente:
- No obligarla a comer, es decir, confiar en que es capaz de regular su propio apetito.
- Poner tiempos, es decir, cada una de las comidas dura lo que dura. A la hora de comer, por ejemplo, le suelo dar 30 minutos para el plato principal. Si pasada esa media hora solo se ha comido medio plato, no pasa nada, se retira y al postre. Y con el postre hacemos lo mismo. Esto nos resulta útil porque Valkiria es de distraerse con cualuquier cosa y, si por ella fuera, la hora de la comida podría durar hora y media… Eso, cada día, cada comida, no puede ser. Así que el tiempo de comer es el que es y cuando se acaba se quita el plato. Sin gritos, discursiones ni castigos. (Esto no esta el el citado libro, pero nos lo recomendó una psicopedagoga).
- ¡Nada de picar entre horas! Y mucho menos si es para comer snacks o chucherias. En todo caso, si el niño tiene hambre se puede ofrecer algo de fruta.
- Moderar el agua en las comidas. Valkiria tiende a beber mucha agua en general, que esta genial, pero durante las comidas beber mucha agua puede ser contraproducente porque le quita el hambre.
- Nada de televisión durante la comida. Como mucho, nosotros, si ha comido bien, le ponemos dibujos con el postre. Es como un pequeño premio.
Estas cosas están adaptadas al caso concreto de nuestra hija y su modo de ser y relacionarse con la comida. No son leyes universales, ni creo que sirvan para todo el mundo. Pero a nosotros, de momento nos funcionan. Y la hora de sentarnos a comer ha vuelto a ser algo agradable que hacer en familia.
¿Vuestros hijos son de mucho o de poco comer?
¿Habéis pasado rachas malas como esta?
17 Comentarios
Cómo me suena todo lo que me estás contando! Rosquis es muy mal comedor, movido y se distrae con una mosca que pasa también, así que cada comida nos puede durar 1 hora y como no le guste lo que hay (pescado, etc), es batalla perdida. A veces, es tan desesperante que el acopio de paciencia se termina. Son así y que se le va a hacer! Intentar que coma, sin obligarle a ello. Ánimos y besitos!
Pues si guapa, sabes perfectamente de lo que te hablo entonces… Es lo que hay! Estos niños son así, nosotras tendremos que aprender a respirar y relajarnos, jejejeje
Mi hijo mayor empezó a comer «bien» a los 3 años. Hasta los 2 años y medio no probó los sólidos y era una lucha constante y muchos llantos sobretodo por la presión de nuestros allegados. Hubo un dia que deje de obligarle, sólo le incito a que pruebe. Todos comemos mas tranquilos y por supuesto sin llantos ni gritos. Ahora hay que decirle «sooooo». Come genial.
Es que en algún momento hay que plantarse y tomarse la vida de otra manera. Sino es horroroso para ellos y para nosotros. Me alegro de que ahora coma fenomenal! 🙂
Me siento muy identificada con tu testimonio. Salvando las distancias (de edad) mi niña tampoco tiene mucho interés por la comida. Lo primero es que la tenemos que hacer purecillos por que con cachitos aun no se apaña. Hemos pasado rachas de no comer nada de nada y claro eso a mi me dejaba echa polvo.
Aunque tambien me dije a mi misma que no la iba a obligar, también cai en la dinamica de una cucharadita mas… y lo he pasado muy mal por que no me gusta la sensación que se me queda cuando tenemos una comida así. Ahora estamos en una racha de comer bastante bien (abre la boca ella sola sin decirle nada), se come todo el pure y luego le ofrezco algo que pueda comer ella sola. A veces se lo come y otra veces lo tira al suelo. Pero habiendo comido su platito de pure ya me quedo más tranquila.
Curiosamente cuando menos queria comer era con la salida de los dientes, basicamente desde que nacio. Nunca habsido de comer bien menos ahora que estoy alucinando. Veremos cuando vayan brotando los demás dientes, pero por lo menos ya sé por que no come.
Gracias por tus consejos, los tenía en cuenta por que también leí mi niño no me come.
Espero que dure mucho vuestra buena racha.
Nosotros pasamos por algo parecido con Valkiria, cuando aun se negaba a comer sólidos y todo tenía que ser triturado. Yo también me quedaba tranquila dándole el pure… Pero luego hubo que empezar a comer comida normal y le costó mucho. En fin, mucho ánimo para ti también y paciencia!
Mientras estén sanos…eso es lo mas importante!
cómo te entiendo! ya sabes que ninguna de mis hijas come, cada una por motivos diferentes. Cuando la mayor dejó de comer por miedo a ahogarse, el nivel de desesperación fue alto. No recordaba ese experimento del libro, pero recuerdo que no bajaba de peso a pesar de comer apenas 3 mordiscos y pasarse todo el dia en movimiento. tambien un día decidí ofrecerle cosas lo más sanas posibles, y dejarla a su aire. No solamente a mejorado las cosas que come, sino que hasta come más sano que antes! y yo, me siento mucho más aliviada de no andar sufriendo con cada comida. Ahora el reto es la pequeña, pero ella es harina de otro costal 🙂 pero tampoco la obligamos…tiempo al tiempo
Si es que nos tenemos que armar de paciencia porque no queda otra. La vida no puede ser todo pelear, y mientras no pierdan peso, coman lo mas sano posible y estén bien de salud, tampoco tenemos porque agobiarnos!
Mi bichilla siempre ha sido de comer mucho pero aún así ha tenido días sueltos en los que ha rechazado todo lo que hay en la mesa. Nunca hemos insistido demasiado. ayer mismo, estaba muerta de sueño y se fue a dormir sin haber probado ni una cucharada de la cena. Ni primero ni segundo ni si quiera el postre. Pues hala, esta mañana seguía sin ganas de desayunar pero en el colegio ha arrasado con toda la comida. Sí es verdad que a veces intenta que le demos de comer cualquier porquería entre horas, y esto tratamos de limitarlo al máximo, pero hemos tenido suerte y nunca hemos estado preocupados por el tema de la comida.
Claro, es que porque una noche se acuesten si cenar no pasa nada! Yo ya no desespero, jajaja
Pero que coman bien da gusto!
Yo con mi hijo no tengo, afortunadamente, estos problemas, pero yo sí que era así de pequeña y mi madre derramó muchas lágrimas por mi culpa. Así que solo quería felicitarte por tu cambio de actitud y animarte, porque tiene que ser horrible pasar por una situación así día tras día.
Muchas gracias! Yo también era una niña mal comedora, y ahora se lo mal que lo tuvo que pasar mi madre conmigo. Castiguito divino me dice ella… jajaja
Por ahora, toco madera, no tenemos estos problemas con la peque. Es verdad que hay días que come menos, pero no me preocupa. La semana pasada la llevé a su revisión y entre que ha crecido mucho y ha engordado más de lo esperado me siento feliz. No come grandes cantidades, casi siempre se deja algo, pero come a cualquier hora y como le encanta la fruta es a lo que más recurro con ella.
Yo era muy mal comedora y mi madre era de las que ponía el mismo plato para comer y para cenar y si entre horas pedía algo me decía que no y me sacaba el plato que me había dejado. Así nos pasamos muchos años.
Saludos
Ufff, yo también era mal comedora y se las hice pasar canutas a mi madre… Por eso se que yo ni puedo ni quiero estar así. Lo mejor es tomarse la vida con calma!
Estaba yo con mi cabeza loca estos días por que una de mis niñas no me come nada, pero nada.. y de repente estoy leyendo los correos y veo tu post, me dije pues me cayo así como «anillo al dedo» si también me lei el libro de Carlos Gonzalez, pero creo que lo releere de nuevo. Es que al principio ellas eran de muy buen comer y comian todo o al menos probaban ahorita hasta el gesto de (iu) hacen es que siento que hierve la sangre (jajajaja) cuando ese gesto por que uno que pasa horas pensando que hago? y luego entro en la cocina a inventar comidas ricas, al horno, asadas con salsa, gratinadas etc etc para que se quede intacto y encima me dicen (mamá no toma con el plato en la mano). Cuando voy a donde el Dr a la consultas de rutina voy toda atacada es que ella no come y no quiere comer y solos es TETE MAMÁ!!! TETE MAMÁ ( si por que ahora quiere tete siempre, cosa que no hago, complacerla siempre) El dr muy tranquilo me dice «no la obligue» ella comerán cuando tengan hambre y yo muriéndome y mas atrás el TIQUI TIQUE de mi suegra que de verdad es buena Suegra ( pero suegra al fin) es que ella no come, por que sera? es que no come nada, es que tienes que darle su pastica y yo Siii pura pasta no? y los vegetales y la proteína??? Y me digo respira OM!!!!… Bueno sólo espero que recupere su apetito de verdad por que a mi eso me pone así como medio depre, medio mala mamá.
Pues no te deprimas y no te agobies… Mucho ánimo guapa! Mientras el doctor te diga que todo va bien, ella este sana y feliz, no te desesperes. Tenemos que confiar un poco en que ellas comen lo que necesitan. Nosotras tenemos que ofrecerles cosas sanas e intentarlo. Pero sin malos ratos.
Besos guapa!
Ay la comida…. llevo 4 años luchando jajaja. EL mío no es que sea de poco comer, es que no le gusta comer. Pero nada, tampoco come chucherias, ni postres, ni helados..no hay nada que le guste hija. Pasé todas las fases.. me enfadé, chantajes, pasotismo, obligar, probé de todo. desde hacer comida que le guste hasta obligarle a comer lo que haya un dia y otro hasta que se lo coma.
Al final he decidido no pasarlo mal ni hacérselo pasar mal a el, que va a odiar mas aun la comida. Nos sentamos a comer todos a la mesa, procuro darle cosas que se que se come bien, y las que no, le pido que las pruebe sin obligar porque tras 100 veces que se lo pida, las termina comiendo. Pero en mi caso si le dejo ver la tv porque es la única forma de que coma. Se distrae y abre la boca automáticamente, si se la quito se aburre, se cansa, y no come.
Si te sirve de consuelo yo era igual, y ahora me como a dios por los pies.
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