El miedo es una emoción que forma parte del elenco de emociones que tenemos que aprender a procesar cuando somos pequeños. No es ni buena ni mala. De hecho es ambas cosas. Buena porque el miedo nos hace reaccionar y protegernos en situaciones de peligro real; y mala cuando esa situación de peligro es infundada, es decir, es exagerada o solo está en nuestra cabeza. Pero el miedo sobretodo eso necesario. Y, por ello, no podemos educar a nuestros hijos para que no tengan miedo de nada, pero si debemos saber como gestionar los miedos de nuestros hijos y ayudarles a superarlos cuando estos les paralicen.
¿De donde vienen los miedos?
Podríamos clasificar los miedos, según su procedencia, de este modo:
- Miedos reales ante amenazas reales (Un perro que viene corriendo y ladrando hacia nosotros de modo amenazante, por ejemplo)
- Miedos relacionados con el desarrollo del niño, es decir, miedos que suelen ir con su edad y que, normalmente, se superan solos con nuestro apoyo y la propia maduración del niño. El primero de ellos en manifestarse sería el miedo a la separación, cuando el niño tiene apenas meses. Luego podrían aparecer el miedo a la oscuridad, a los ruidos fuertes, a las tormentas, al agua, etc…
- Miedos adquiridos por aprendizaje. Son aquellos que tenemos porque hemos heredado de alguna persona cercana, viendo su reacción ante situaciones concretas. Por ejemplo: mi abuela tenía miedo exagerado a las tormentas y, a día de hoy, a mi padre aún no le gustan un pelo. Eso es un miedo heredado.
- Miedos consecuencia de un hecho traumático o shock. Estos son los mas complicados de tratar y superar. Pero también se pueden trabajar.
El mar. Una de esas cosas que pueden dar miedo. En nuestro caso por el ruido de las olas al romper.
¿Que podemos hacer para ayudarles a superar sus miedos?
- Lo primero que debemos hacer es preguntarnos de donde puede venir ese miedo. Estudiar cuando se presenta, en que situaciones y de que modo. También es interesante analizar como reaccionamos cuando el niño manifiesta sus miedos. Y como reacciona el resto de familia que le rodea.
- Debemos hablar con nuestro hijo sobre sus miedos. Esto nos ayudará a concretar a que tiene miedo. Además, es una manera de ver como verbalizan ellos el miedo que sienten y, por otro lado, de quitarle importancia al asunto, porque al exteriorizarlo estamos aliviando su carga. Además, si hablando con él identificamos que el miedo que siente tiene una base imaginaria, podemos ayudarle a controlar dichos miedos explicándole el porqué de las cosas (por ejemplo: que es una tormenta o porqué hace tanto ruido un petardo).
- Podemos enseñar a nuestro hijo a relajarse, a respirar, y de este modo aprender a controlar la ansiedad que produce el miedo. Esto con niños muy pequeños es complicado, pero conforme van creciendo lo podemos ir incorporando a sus vidas, ya sea a través de técnicas sencillas de Mindfulness o apuntándolos a yoga para niños. Ambas son opciones muy beneficiosas.
- Ser buenos ejemplos para nuestros hijos. Ya os he comentado antes que los miedos se pueden heredar y estoy segura de que nadie quiere dejarle semejante herencia a sus hijos. Por eso, debemos trabajar nuestros miedos, en caso de tenerlos, para superarlos y servirles de ejemplo. Nosotros somos su brújula, somos su guía y su calma. Por ellos debemos ser mejores, porque somos el espejo en el que se miran.
- Ayudarle a trabajar sus miedos de manera progresiva, proponiéndole pequeños retos y dándole un refuerzo positivo según los vaya alcanzando. Pero siempre con mucha paciencia y sin prisa.
Cosas que no debemos hacer ante los miedos infantiles
- Reaccionar ante el miedo de nuestro hijo reforzando su sensación de miedo, es decir, consolándole de manera que el sienta que su miedo está justificado. No digo que no haya que atenderlo y consolarlo, pero desde la tranquilidad, para demostrarle que no hay nada que temer.
- Reñirle, avergonzarlo en público, reírnos de sus miedos o castigarle por ellos. Tampoco debemos ignorar sus miedos sin mas, ellos no saben como gestionarlos y necesitan que les ayudemos.
- Darles explicaciones larguisimas sobre porqué no deben tener miedo. Ni las van a entender, ni es el modo mas adecuado.
- Obligar al niño a enfrentarse a sus miedos de forma brusca, por ejemplo, apagando todas las luces y cerrando la puerta de su cuarto cuando el niño tiene miedo a la oscuridad. Eso, aparte de nada efectivo y dañino es salvaje y cruel.
Nuestra experiencia personal
Con Valkiria hemos pasado rachas de miedos relacionados con su desarrollo pero sin mucha incidencia. Algo de miedo a la separación. A partir de los 2 años miedo a los ruidos fuertes, que viviendo en Valencia es bastante molesto llegadas las fallas. Pero poco más.
Hace unos meses la cosa empezó a cambiar. No es que haya empeorado en si, sino que Valkiria empieza a verbalizar cosas que le dan miedo o le asustan. Lo primero que me dí cuenta, hablando con ella, fue que no era capaz de diferenciar bien aquello que le daba miedo de aquello que le daba susto, como un ruido repentino de una moto ruidosa. A partir de ahí empecé a trabajar con ella esa diferenciación. También le intentamos explicar, pero de manera concisa y sencilla, algunas cosas que en principio le asustan, para evitar que llegue a mayores. Las tormentas, por ejemplo, también le dan un poco de miedo, pero creo que es un miedo evolutivo y controlado.
Ahora, que se acerca Halloween, pregunta mucho por monstruos y fantasmas. El otro día me dijo: «¿Mamá, a ti te dan miedo los fantasmas?» Yo le dije que no, porque no existen, solo viven en los cuentos y en los dibujos animados. Ella pareció satisfecha con mi respuesta, pero aun así me respondió: «Yo si viene un fantasma, le hago chas chas con mi espada de Yoda y se va«… y yo como madre friki morí de amor.
Pero lo que mas miedo le da es el médico y mas concretamente las inyecciones. A mi de pequeña me pasaba igual. ¡Que momentos le hice pasar a mi madre corriendo por las consultas de los practicantes! El caso es que yo intento hablar con ella del tema, reforzando su carácter fuerte y valiente. Tampoco le miento. Cuando ella me pregunta si le va a doler, le digo que si, que un poco, pero que es rápido. A mi me daba mucha rabia que me mintieran en ese sentido. Por último, me llevo un pequeño regalo, una chuche o similar, para dársela cuando salimos.
En resumen, creo que de momento el tema miedos no se sale de lo habitual para su edad. Pero pienso que nunca está de más saber como tratar este tipo de temas con nuestros hijos y así poder ayudarlos en caso de tener que enfrentarnos a un miedo mas grande.
¿Como lleváis los miedos de vuestros hijos?
¿Añadiríais algún consejo?
4 Comentarios
Mi bichilla pasó de ser un bebé que no temía a nada, que se relajaba con el secador de pelo y con la aspiradora, a entrar en pánico cuando oía estos ruidos, así, de la noche a la mañana. Lo mismo le pasó con los petardos, las motos que tienen esos fantásticos y ensordecedores tubos de escapes y las tormentas. Sin embargo hay veces en las que simplemente está viendo la tele y viene a decir que tal o cual dibujo o anuncio le ha dado miedo. Ya no sé si confunde sensaciones o si de verdad se está volviendo cada vez más miedosa.
Pues por lo que cuentas le pasó un poco como a Valkiria. Yo creo que son cosas de la edad, nada raro. Y lo otro si, confunden términos… 😉
A mis peques no les gustan las inyecciones pero quizás no lo calificaría como miedo. Tienen muchos sustos pero si que hemos pasado por epocas de miedo, a los monstruos y a la oscuridad y tuvimos que gestionarlo muy bien porque pintaba complicado. Al final hablando mucho y con polvos mágicos lo gestionamos jejej
Hombre lo de las inyecciones depende del nivel de estrés que cojan. Yo de pequeña corría como alma que lleva el diablo, lo mío era pánico. Me alegro de que lo tengáis bajo control! 😘
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