Estaba deseando que llegaran las vacaciones de navidad como agua de mayo. Días para compartir en familia, celebrar, pasar tiempo con Valkiria y con el Papá Cascarrabias. ¡Y vaya si lo hemos hecho! Nos a dado tiempo a hacer un montón de cosas, pero vale… ¡Ya está! ¡Vacaciones ya os podéis ir… rutina puedes volver cuando quieras!
No todos los niños son iguales y mi hija es de la que necesita rutinas. Es una niña muy inquieta y, desde bien pequeña, comprobamos que las rutinas le hacen estar mas tranquila. Le dan seguridad. ¿Y que pasa en vacaciones? Pues imagino que no seremos los únicos… ¡Descontrol absoluto! Ya no se madruga tanto. Comemos mas tarde. La siesta (si se hace…) mas tarde también. Y cuando llega la hora de dormir no hay quién consiga acostar a la niña. Y nos dan las tantas en su cuarto, en el nuestro o en el salón intentando que baje el ritmo y se duerma.
Las vacaciones de navidad no son como las de verano. En navidad tenemos exceso de emoción y eso no lo estamos llevando bien. Reconozco que parte de la culpa es nuestra, pero no toda. Ya un mes antes de las vacaciones en el cole empiezan con el tema de la navidad. Lógico y normal. Pero ahí comienza a crecer el nivel de interés y expectación. Luego estamos nosotros, los padres y demás familia, que, como nos hace casi mas ilusión que a ella verla vivir todo esto, sin querer la liamos mas parda aumentando esa emoción. Nos pasamos el día diciéndole cosas como: «Si no te portas bien los Reyes Magos te traerán carbón», «Se buena que Papá Noel te está viendo», «¿Ya has hecho la carta?» etc, etc, etc… (curioso lo que se usa esto para amenazar…) Y donde no debería pasar nada, porque es algo que se ha hecho toda la vida, tenemos una Valkiria sobreexcitada (con demasiada presión) para solo tener 3 años y ser el primero que realmente se da cuenta de todo esto de las navidades.
¡Nos hemos pasado! Lo reconozco. Y nos hemos dado cuenta tarde porque esto ha tenido consecuencias (o al menos yo creo que se debe a esto…). Como será la cosa que, la mañana de navidad, Valkiria me dijo: «Mamá, a los niños malos Papá Noel les trae carbón, pero a mi me ha traído regalos«. Alucinada me dejo con su asociación. Lo que quiere decir que aquello había calado mas de la cuenta y realmente la tenía preocupada. Su conclusión, evidentemente, fue que si no le habian traído carbón, después de tanto habérselo repetido, es que ella había sido buena (y nosotros sin darnos cuenta…).
Las consecuencias han ido un poco más allá y aunque, posiblemente, no solo sea por este motivo, llevamos todas las vacaciones inmersos en plena fase de retroceso. ¿Que que quiere decir eso? Bueno, ya os hablé de los comunes retrocesos en el desarrollo infantil el año pasado, hace mas o menos un año. Pero desde entonces no habíamos vuelto a tener ninguno.
El caso es que creo que con tanta insistencia con el tema de los Reyes y Papá Noel le hemos generado estrés a Valkiria. Aquí igual alguien se está partiendo la caja, ¿estrés solo por eso? Pues si señores. Cada persona, y cada niño, es un mundo, y en ese sentido Valkiria es como yo. ¡Puro nervio! Así que tendremos que ir controlando este tipo de cosas porque le afectan mas de la cuenta.
En estos días hemos pasado de dormir del tirón, a despertarse cada noche con pesadillas, y la mitad, por no decir casi todas las noches, acaba en nuestra cama. Estamos teniendo un repunte de los miedos. Esto quiero pensar que es coincidencia. Veremos si, cuando todo vuelva a la calma, el tema miedos se queda o se va. Y lo mas evidente, ha mojado la cama al menos cuatro veces en la última semana y, durante el día, también está fallando el control de esfínteres. Tendiendo en cuenta que esto ya no pasaba nunca, creo que es bastante significativo.
Intentamos quitarle hierro al asunto. No enfadarnos con ella, y todo lo que se supone que debe y no debe hacerse en estos casos. Al fin y al cabo, los retrocesos para los niños son una forma de afrontar los periodos de estrés e inconscientemente hacen esas cosas buscando una sensación de estabilidad o seguridad anterior. Pero ya empiezo a estar cansada. Por eso, en cierto modo estoy deseando que pase este fin de semana y todo vuelva a la normalidad.
De momento, y desde hace una semana, hemos dejado de hacerle alusiones al tema de los Reyes, los juguetes y demás historias. Así como advertido al resto de la familia para que no lo hagan. Disfrutaremos de la traca final de las navidades todo lo que podamos y, cuando vuelva la rutina, la abrazaremos muy muy fuerte deseando que la calma vuelva a nuestras vidas.
¡Feliz noche de Reyes!
¿Notáis si la perdida de rutinas afecta a vuestros peques de alguna forma?
¿Habéis pasado por algo similar?
3 Comentarios
Mi hijo también necesita unas rutinas (todos los niños las necesitan, aunque algunos les afecta más o menos estos días de locura). El nuestro es un reloj y aunque intentábamos aguantarle no había manera y había que seguir con la rutina. Personalmente y admitiendo que alguna vez también se me escapa frente a la deseperacion lo de los reyes, no me gusta nada ya que hay muchos niños que son muy buenos y por situación económica no tienen regalos y otros que se portan bastante regular tienen un montón, cuando llegas al cole los niños que no han tenido regalos te preguntan cómo pasa eso si ellos se comportaron bien y Fulanito no.
Ya… la verdad es que eso tiene que ser difícil de explicar. Porque llega un día que se dan cuenta de todo y es cuando empiezan a hacerse preguntas.
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